Espiritualidad
En el corazón de la historia
El amor de Cristo nos apremia
(2 Cor 5,14).
Nos impulsa la pasión por nuestro tiempo, por un mundo nuevo que gime por nacer, por una tierra que, no obstante las enormes potencialidades y progresos, no logra cerrar la brecha entre riqueza y pobreza, entre justicia e injusticia, entre belleza y traición.
Un estilo de vida
La lectura de estas necesidades de los tiempos, nunca separada de la fuerza de la Palabra, para ser testimonio creíble del Evangelio hoy, incita a las FRA a asumir algunas disposiciones.
Los rasgos de una comunidad en diáspora
Fermento y levadura
¿Cuál es el rostro de una comunidad que vive en diáspora? En los rasgos espirituales de la comunidad FRA se encuentran la intuición y el carisma de Elena da Persico. Un carisma vivo para la Iglesia del tercer milenio. Una comunidad que, como la primera comunidad de los Apóstoles, se deja acompañar por María.
Contemplación en la acción
Estos rasgos se resumen en la “contemplación en la acción”, corazón de toda la espiritualidad FRA, como los Estatutos claramente lo expresan:
Contemplativas en misión
Como el comerciante del Evangelio que descubre una perla preciosa, va, vende todo lo que tiene y después compra el campo, así quien siente la fuerza y la atracción radical por el Evangelio, permaneciendo en la cotidianidad, puede abrirse a una vida de consagración en la particular forma de la secularidad, buscando y amando el compromiso concreto en la historia.
La originalidad de una síntesis espiritual
Vivir la “contemplación en la acción” significa conjugar el deseo de seguimiento radical del Señor con un compromiso activo en todos los ámbitos de la vida.
Los íconos de la espiritualidad FRA
La prisa de la Madre de Dios por ir a servir a su prima que necesitaba ayuda, y el anuncio de la resurrección, llevado por la Magdalena a los “hermanos”, en respuesta al «Ve» del Resucitado, expresan la síntesis de una vida en que la dedicación a Dios y a los hermanos se encuentran unidas.
La comunità
«Las FRA no viven en comunidad; cada una reside donde su trabajo lo requiere; no obstante, deben sentirse unidas entre ellas por un vínculo de fraternidad profunda» (de los Estatutos).