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Contemplación en la acción

Estos rasgos se resumen en la “contemplación en la acción”, corazón de toda la espiritualidad FRA, como los Estatutos claramente lo expresan:

 

«La contemplación en la acción a la cual la FRA está llamada, representa la síntesis de una existencia en la que el trabajo intenso no distrae de la atención a Dios, porque el significado de la acción y de los valores que busca realizar está permanentemente iluminado por la luz de la revelación divina.

La mueve la caridad de Cristo que ella reconoce en el ‘sitio’ de Jesús agonizante y en el anhelo de Él como buen Pastor».

 

Llamada según esta espiritualidad a un particular modo de vivir la consagración a Cristo realizada por el Bautismo, la FRA expresa el don total de su vida al único Señor, acogiendo la invitación a seguir, en el estilo específico de la secularidad, el camino de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia.

 

La contemplación en la acción al servicio de los hermanos es la síntesis espiritual, el corazón de la intuición de Elena da Persico.

Una síntesis cautivante, que permite hacer de cada fragmento de la vida una relación de amor con Dios.

 

Como María, en el misterio de la Visitación.

Como Magdalena, en su acogida del “Ve” del Resucitado, la mañana de Pascua.

Para nosotras, como dice Elena da Persico, significa ser en el tiempo una “visitación viviente”.

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