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La originalidad de una síntesis espiritual

Vivir la “contemplación en la acción” significa conjugar el deseo de seguimiento radical del Señor con un compromiso activo en todos los ámbitos de la vida.

 

La expresión “contemplación en la acción”, escrita por primera vez en el diario de Elena en el 1911, contiene el anhelo más profundo de su vida: permanecer en contemplación adorante del Señor Jesús, conservando la intimidad con Él en medio de las múltiples obligaciones.

La relación con el Señor Jesús, justo porque es vivida intensamente, compromete a una acción renovada en la realidad. Transforma la actividad cotidiana, la hace auténtica.

Durante siglos en la Iglesia se ha hecho la distinción entre vocaciones “contemplativas” y vocaciones “activas”, entre Marta y María, las dos hermanas que, según el evangelio de Lucas, acogen en su casa al Maestro Jesús: Marta está totalmente absorta por los múltiples servicios, mientras María está sentada a los pies de Jesús atenta a escuchar su palabra. Contemplación y acción a menudo han sido puestas en contraposición, entendiendo preferentemente como “la parte mejor” la de la contemplación y la separación del mundo.

Cuando Elena intuye la posibilidad de configurar en unidad contemplación y acción, de vivir la "contemplación en la acción”, a la Iglesia misma le cuesta aceptar esta síntesis, aunque la fórmula no era totalmente nueva en la historia de la espiritualidad cristiana.

Elena, sin embargo, llega a ella por una intuición personal, coherente con su propio itinerario espiritual. Defenderá su intuición aun cuando se le pedirá que la justifique para obtener la aprobación de la nueva “vía”, vivida por ella y propuesta a otras. Por eso le explicará al arzobispo de Trento, en el 1931:

 

«El concepto que he querido expresar con contemplación en la acción, sería: una acción totalmente penetrada de contemplación y unión con Dios; una acción hecha con la mirada de Dios… como lo expresa S. Bernardo con esa bella imagen: Trabajar con una mano, apoyarse con la otra en el Amado».

 

Gracias a su vivencia personal y a su firme propuesta, la “contemplación en la acción al servicio de los hermanos” se transformó en la síntesis espiritual y en la característica fundamental de la Hijas de la Reina de los Apóstoles.

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